lunes, 6 de abril de 2009

Chiste: solidaridad masculina

Una mujer está en la cama con su amante cuando oye al marido llegar.
Vamos - le dice al amante - De prisa, quédate en pie allí en la esquina.


Rápidamente, ella cubre el cuerpo del amante con aceite y lo salpica con
talco por encima y le dice: no te muevas hasta que yo te diga. Finge que eres una estatua.Yo ví una igualita en casa de los Almeida.

En eso, el marido entra y pregunta:
¿Qué es esto?

Ella, fingiendo naturalidad:
¿Eso? Ah, es sólo una estatua. Los Almeida colocaron una en el cuarto de
ellos y me gustó tanto que compré una igual.


Y no se habló más de la estatua. A las dos de la madrugada, la mujer estaba durmiendo y el marido todavía estaba viendo la TV.
De repente, el marido se levanta, camina hasta la cocina, prepara un sándwich, agarra una lata de cerveza y va para el cuarto. Allí, se dirige a la estatua y le dice:
Toma, come y bebe algo,¡ hijo de la gran puta.! Yo me quedé dos días como un idiota, en el cuarto de los Almeida y ni un vaso de agua me ofrecieron.

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